Ésta historia se trata de una niña que quería hacer una princesa, así como las de los cuentos, con su cabello largo y un vestido pomposo, corona y castillo; Mariana se levantaba todos los días pensando en los cuentos de hadas que había en los libros de la biblioteca del colegio y en el que tenía ella en su casa debajo de su almohada,  todo el tiempo hablaba de las aventuras que quería tener y los príncipes que quería conocer.
Lo malo era que todos en su colegio,  le decían que era fea, se burlaban de su pelo crespo y oscuro y de su piel morena, le decían también que las princesas no eran como ella y no vivían en barrios donde vivía ella.
Había días que ella no quería ir al colegio para no escuchar todo eso que le decían sus compañeros, pero su mamá siempre le recordaba que las princesas debían ser educadas y saber sobre muchas cosas por que el trabajo de ser princesa era mucho más difícil de lo que parecía, su papá también le decía que todas las personas pensaban diferente y que lo importante era siempre respetar la opinión del otro y ser fiel a lo que uno creía. Mariana con el tiempo entendió que las princesas de la vida real no vivían en palacios y tampoco vestían vestidos caros, eran las que ayudaban a los otros, respetaban a los demás y se dedicaban a hacer el bien sin mirar a quien.